El habito de "empezar con un fin en mente"se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero una creación mental, y luego una creación física.
Ejemplo;
Si uno quiere educar hijos responsables, autodisciplinados. debe tener claramente presente ese fin cuando interactúa con ellos día tras día . No debe comportarse con los niños de un modo que no pueda minar su autodisciplina o autoestima.
En grados diversos, las personas aplican este principio en muchas áreas de la vida. Antes se emprender un viaje, fijamos nuestro destino y planificamos la mejor ruta.
En la medida en que comprendamos el principio de las dos creaciones y aceptemos la responsabilidad de ambas, actuaremos dentro de los limites de nuestros circulo de influencia y lo ampliaremos. En la medida en que no operemos en armonía con este principio y nos hagamos cargo de la primera creación, reduciremos este circulo.
Todas las cosas se crean dos veces, pero no todas las primeras creaciones responden a designios conscientes. En nuestras vidas personales, si no desarrollamos autoconciencia y no nos hacemos responsables de las primeras creaciones, estamos permitiendo por omisión que otras personas y las circunstancias que están fuera del círculo de influencia den forma a gran parte de nuestra vida.
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